Terminando una labor

Hola a tod@s

¿Qué tal estáis? Aquí por el sur se empieza a notar la primavera y la temperatura ya no pide cuellos ni bufandas, pero aún así, sobre eso va mi entrada de hoy.

Sé que es un poco atrasada, pero unas de mis prendas favoritas de tejer son los cuellos, no puedo evitarlo. Entiendo que muchos no entenderéis por qué pero tranquilos, yo os lo explico en un segundito,jajaja.

El cuello o bufanda tiene muchas ventajas al tejerlo como el tiempo que se tarda en hacerlo, y las pocas madejas que se necesitan (cosa que en estos tiempos que vivimos, porque si no os habéis enterado estamos en crisis.....siempre viene bien). además es una labor muy fácil de regalar y siempre llamativa.

Un cuello es algo que aunque vayas vestida normal, da un toque diferente a tu indumentaria, además, en invierno como siempre vamos super tapados con abrigos, ayuda a que destaquemos. Tampoco podemos olvidar lo calentitos que son, por eso yo siempre busco lana que sea agradable al tacto porque recordemos que va pegado a la cara y... un tacto agradable siempre se agradece.

En este caso, os hablo de un cuello que empezó mi madre para mi cuñada Elena y que por desgracia no pudo terminar. Lo hizo para un regalo de reyes del año pasado, pero al final se lo he dado este año en febrero, espero que lo entienda.

Mi madre eligió los materiales y yo la guié con el tamaño que debía tener. la parte principal va entera a punto jersey, pero al terminarla quedaba muy sencilla y le aconsejé que le diera un toque de color, para el cuál eligió una lana más gruesa y de varios tonos con el cual pensaba hacerle algún dibujo cosido.

Mi madre al final lo dejo solo con la parte central y yo me quede con un cuello sin terminar y una madeja con la que acabarlo, así que cuando un año después ya me decidí a terminarla, la idea principal de mi madre no me convencía, supongo que cada tejedora tenemos nuestras propias inclinaciones.

Después de toda una semana bicheando por internet buscando inspiración, me decidí por lo más sencillo y, a mi entender, elegante (porque no conozco a nadie con mas elegancia natural que mi cuñada Elena). Un borde sencillo a ganchillo con la madeja que compro mi madre para completarla. Y así fue, la terminé y, después de unas fotillos para el blog, se la di a su dueña. Ella, por lo que me dijo, quedo encantada con el resultado, de lo cual me alegro y no solo por mi, sino también por mi madre.

Bueno amigos, esta ha sido una entrada más sentimental que otras, espero no haberos aburrido.

Muchos besos a todos y si os gusta lo que hago no olvidéis dejarme algún comentario, eso siempre motiva,jajaja.